«Pero tú, ¿Por qué juzgas a tu hermano? O tu también, ¿ por qué menosprecias a tu hermano?. Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.» – Romanos 14:10
En marzo del 2002, noticias de la BBC hablo de un evento impactante en Arabia Saudita. La policía religiosa saudí impidió a los bomberos el rescate de 15 de las 800 niñas atrapadas dentro de su escuela en llamas. ¿Cuál fue la razón para bloquear el rescate? Debido a que esas 15 muchachas no llevaban vestimenta Islámica correcta. La policía religiosa advirtió a los rescatistas que ‘sería pecaminoso rescatarlas». Quince niñas murieron porque no llevaban los velos y túnicas negras requeridas por una interpretación estricta del Reino del Islam.
Si bien esto es un ejemplo extremo, este incidente demuestra la mentalidad del legalismo. Esto es lo que puede ocurrir cuando se ponen reglas hechas por el hombre antes de las leyes de Dios. Y esa mentalidad no se limita al Islam. El Legalismo existe en todas las religiones, incluyendo el judaísmo, el budismo, el hinduismo y cristianismo, sin duda, la mayoría. El Legalismo consiste en reglas hechas por el hombre con jueces autoproclamados que inducen a la culpabilidad y oprimen a la vida normal. Por querer ser legalistas y colocar sus leyes por encima de las leyes de Dios, el legalismo conduce a la esclavitud.
Jesús luchaban contra el legalismo a través de su Ministerio, y la verdadera fe en Cristo conduce a la libertad definitiva. Libertad para seguir a Dios y conocer a Dios. Libertad del cautiverio del legalismo y el pecado. El legalismo conduce a la muerte espiritual, mientras que la verdadera fe en Cristo es acerca de la vida abundante en él.