«Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, esta fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.» – 1 Corintios 6:18a
Cuando aceptamos a Jesucristo, él nos limpia de la vida impura. Que hemos llevado. Pero entonces debemos seguir nosotros manteniéndonos limpios y lidiar con nuestra sexualidad en la manera que Dios la ha diseñado. Aquí hay seis cosas que podemos hacer para ayudar a vivir una vida de pureza.
1. Confesar su lucha con pensamientos sexuales y tentaciones.
2. Confiar en Cristo como Salvador y Señor. Más que nada, te salva del pecado y perdona tus pecados. Pídele que te guie en todo lo que tienes que hacer.
3. Ser llena con el Espíritu Santo. Llamar y pedirle a Dios que te llene diariamente. No podemos vivir la vida cristiana en nuestras propias fuerzas, pero Dios nos ha dado el don del Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo, trabajando junto con la palabra de Dios, nos da un espíritu para ser agradable a Dios.
4. Recuerda los conceptos básicos de mantenerse cerca a Dios. Tener un tiempo diario tranquilo con él, derramando tu corazón a él, darle honra y escuchándolo a través de su palabra. Practicar el culto semanal y estudio de la Biblia con otros creyentes. Estar dispuesto a confiar y obedecer su palabra. Ser un buen testimonio a través de sus hechos y palabras. Estas son las cosas que el Espíritu Santo utiliza para moldear el carácter de pureza en nosotros.
5. Restringir lo que ve. La lujuria es alimentada por porno y sensualidad.
6. Poner el sexo en su contexto adecuado. Vea el sexo como un maravilloso regalo de Dios para ser disfrutado en el contexto del amor comprometido – en matrimonio solamente – entre un hombre y una mujer. De lo contrario, estamos fuera de los límites del plan de Dios y llevara una vida de impureza.
Siempre lucharemos con impurezas porque tenemos una naturaleza de pecado. Pero a través del poder de Jesucristo, podemos tener en pensamientos puros y llevar una vida de pureza sexual.