TODAVÍA UNA PALABRA MÁS SOBRE EL LEGALISMO

12 de junio de 2014

«Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo.» – Colosenses 2:16

Jesús fue atacado por legalistas a lo largo de su Ministerio. Quizás el ejemplo más indignante de esto fue cuando él sanó a un hombre con una mano seca. Los fariseos lo atacaron porque él había realizado este milagro en el día de reposo. Así es, Jesús fue acusado de violador de la ley porque la curación se consideraba un trabajo y la ley judía prohíbe trabajar en días de descanso o festivos.

Comprender esto sobre los fariseos. Fueron los jueces autoproclamados. Buscaban constantemente acusar a Jesucristo porque pensaban que él no era consiente de su preocupación por las actividades humanas, reglas y tradiciones.

Si bien rara vez es tan indignante como los fariseos, este tipo de legalismo continúa hoy en la actualidad. Algunas personas sirven como jueces autoproclamados – o ejecutores encargados de hacer cumplir reglas para una vida piadosa. Esto puede ocurrir en todas las religiones. Pero es especialmente triste cuando denominaciones cristianas, e iglesias imponen reglas por el hombre que son impostoras a la fe verdadera. La Biblia habla de las reglas de integración global y de manera inequívoca. Y con tantos, lo maravilloso que es la vida que Jesús nos muestran para vivir completamente. Cuán grandioso, es Jesús que pone a todos ellos con el gran mandamiento, «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza y al prójimo como a ti mismo.»