“También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozara vuestro corazón, y nadie os quitara vuestro gozo.” – San Juan 16:22
Perder a un ser querido o a un amigo cercano, nunca es fácil, pero la comprensión en las etapas de dolor a veces pueden ayudar. El duelo implica negación, la imposibilidad de sentir cuando la noticia de la muerte llega, y una sensación de incredulidad que la persona está realmente desaparecida. Se trata de una emoción de quebranto, cuando la realidad de una separación permanente no entra a la mente.
Puede volverse ira a Dios o a la vida, pero el mundo continua aunque estés muy lastimado. Puede incluir la depresión, sensación de que la vida no tiene sentido, cuando la pérdida de un ser querido se ha llegado. Y, por último, hay aceptación, llegando a aceptar la perdida, y empezando a seguir con la vida.
El proceso del duelo lleva tiempo, pero se puede superar. Y la mayor fuerza para pasar a través del duelo, se encuentra en el Señor. Recuerda, Dios entiende tu dolor. El sabe lo que significa ver un hijo morir. El vio a Su propio Hijo, Jesús, morir por nosotros. El te ama y quiere ayudarte a superar tu dolor, si tú lo permites.