La iluminación de las velas es una parte hermosa de la celebración de la Navidad que realizamos en nuestra iglesia. Se apagan todas las luces en el salón principal, el santuario, y se enciende una sola vela. Esta vela da luz a todo el salón venciendo a la oscuridad. Esta escena es una maravillosa demostración que – la oscuridad no puede dominar a la luz. Lo mismo ocurre con la oscuridad espiritual y la luz espiritual de la persona de Jesucristo. La luz de Jesús domina a la oscuridad.

En la historia ha habido momentos donde la oscuridad espiritual era mas fuerte que la luz espiritual. Por ejemplo, en el siglo XX el marxismo tuvo un gran impulso. La Revolución Soviética, después la revolución comunista en China y a continuación Cuba, en Europa, el sudeste asiático se derrumbo un poco después. Parecía que la oscuridad que traía el ateísmo invadía completamente la luz que hay en la iglesia. Europa se convirtió en la cuna donde nacían muchas democracias incipientes. Ahora bien, te puedes dar cuenta que la tercera parte de los creyentes en el mundo se encuentran en la ¡China comunista! A veces parece que la oscuridad esta ganando a la luz, pero esto solo es temporal ya que esto no ocurrirá permanentemente, porque la oscuridad nunca se impondrá sobre la luz, porque Cristo ganó en la cruz del Calvario.

Piensa en esto, el mejor ejemplo es la Cruz. En ese momento parecía que el diablo había ganado, pero solamente dos días más tarde, la luz fue encendida, para nunca más volverse a apagar. La luz de Jesús siempre vence a la oscuridad, y esta realidad es la que nos ha quedado.