«Cuando haya algún pobre entre tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no endurecerás tu corazón ni le cerraras tu mano a tu hermano pobre.» – Deuteronomio 15:7
Hay un interesante artículo en un periódico que leí recientemente. Un equipo de investigación en la Escuela de Negocios de Harvard ha encontrado que gastar tan solo cinco dólares al día para ayudar a otras personas, estimulará de una manera significativa tu propia felicidad personal. Un psicólogo que dirigió el estudio, dijo, «Queríamos probar la teoría de que cómo las personas gastan su dinero es, por lo menos, tan importante que la cantidad [de dinero] que ellos ganan”. Así que hicieron que sus sujetos hicieran una lista detallada de ingresos y de gastos, especialmente donaciones a obras de caridad y regalos a otros. Luego calificaron sus niveles de felicidad y ahí lo tiene: mientras más gastas en otros, más feliz serás.
No estoy seguro de cuánto costó ese estudio, pero creo que nos podríamos haber ahorrado un montón de dinero. En la Palabra de Dios, Jesús ya ha dicho, «Más bienaventurado es dar que recibir.» (Hechos 20:35) Dar a Dios, dar a los demás – es una forma segura para tener una vida más feliz y satisfactoria.