“Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre. Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán no se encontró una ayuda que fuera idónea para é]. Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada. Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” – Génesis 2:18-24 (LBLA)
¿Sabías que Dios fue el primer cirujano? Después de haber creado a Adán, le dio un lugar hermoso para vivir, mucho que comer y un montón de mascotas. Sorprendentemente, todos vivían en perfecta armonía con los demás y con él. Pero Dios miró a Adán y decidió que no era bueno que el hombre estuviera solo. Así que siendo el primer anestesiólogo, puso a Adán en un profundo sueño y, como el primer cirujano, quitó una costilla del costado de Adán y creó a la mujer para ser compañera de Adán, su ayuda idónea. ¿Ves lo que estaba haciendo el Señor? Luego se convirtió en el primer padre de la novia. ¡Él le entregó a Eva a Adán como esposa! Por lo tanto, Dios fue también el primer casamentero y sigue siendo el mejor en la actualidad.
Luego nuestro Dios, súper creativo, dio a Adán y Eva la primera oportunidad de disfrutar de Su regalo y el invento del sexo. La Palabra de Dios dice: «Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne».
¡Increíble! Dios es bastante sorprendente. Un hombre y una mujer. Para toda la vida.