«Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”. – Hechos 22: 6-8
Continuando el devocional de ayer, esta es la segunda parte de la historia de Saulo. Hasta el momento, él nos ha descrito su vida antes de conocer a Cristo. Ahora, él está describiendo ese punto de inflexión en su vida cuando conoce a Cristo. Fue una transformación tan completa que Dios lo llevaría a cambiar su nombre por el de Pablo.
Saulo había estado persiguiendo a sus compañeros judíos que eran seguidores de Jesús, sólo en Jerusalén. Pero ahora él quería tomar su persecución de gira (fuera de Jerusalén). Entonces, se decidió ir al norte de Damasco, a lo que es ahora Siria. Allí, encontraría más judíos seguidores de Jesús para perseguirlos, traerlos de vuelta, y hacer que los encarcelaran. Ahora, toma un minuto para leer las Escrituras de hoy de nuevo antes de continuar leyendo el devocional.
¿Qué pasó? Ahí estaba Saulo, defendiendo el judaísmo tradicional, en su camino para perseguir a los seguidores del Camino, cuando de repente, el mismo Jesús lo confronta desde el cielo. Cristo dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Y créanme. No tenía ninguna duda de que era el Señor que le hablaba. Imaginen la convicción de pecado que empezó a venir sobre Pablo al darse cuenta de que las cosas que había estado haciendo no sólo estaban mal, [sino] que eran viles a los ojos de Dios. Leamos lo que dice Pablo en los versículos del 9 al 11:
“Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas.1 Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco.”
Aquí tenemos a est fanático que había estado azotando Damasco, junto con los que estaban con él. Y ahora lastimosa y humildemente, tiene que ser llevado de la mano porque había quedado literalmente ciego por la luz de Cristo. Imagínense la confusión dentro de él al darse cuenta de que se había equivocado acerca de todo. Aquí es donde sucede el comienzo de la fe de arrepentimiento. Hasta que alguien haya sido convencido de sus pecados en comparación con Jesucristo, esa persona nunca entenderá la segunda parte de la historia de la vida. Esta fue la segunda parte de la historia de Pablo. Por la gracia de Dios, él había sido llamado a seguir a Jesús, quien le dio una segunda oportunidad. Era el plan de Dios que estaba a punto de cumplirse en la vida de Pablo. Y Él también quiere llevar a cabo Su plan en tu vida. Permanezcan sintonizados un día más, cuando continuaremos con la Tercera Parte de la Vida de Pablo.