“Tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui de inmediato a Arabia, de donde luego regresé a Damasco. Pero en Judea las iglesias de Cristo no me conocían personalmente. Sólo habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora predica la fe que procuraba destruir.” Hechos 22:17, 22
Hoy veremos la tercera parte de la historia de Pablo, la cual trata con su vida después de haber conocido a Cristo.
Después de su encuentro con Jesús, Pablo quedó ciego por tres días y, según las instrucciones del Señor, fue llevado a Damasco. Allí, Dios envió a un hombre llamado Ananías quien vino y bautizó a Pablo como un nuevo seguidor de Jesucristo. También vemos que inmediatamente Pablo comenzó a testificar de su cambio de vida. Ahora bien, esto debió haber dejado pasmados a los seguidores de Jesús en Damasco – Me imagino que todos sabían del antiguo «Saulo» como un terrorista religioso, por lo que probablemente no estaban seguros de cómo tomar todo esto del nuevo «Pablo.»
Después de un breve período de tiempo en Damasco, fue enviado a Arabia a un desierto. No es de extrañar, cuando pensamos en cuántos grandes hombres de fe en la Escritura fueron enviados al desierto al inicio de sus llamados: ¡Moisés, Elías, e inclusive Jesucristo! Y ahora vemos a Pablo pasando tres años en el desierto antes de regresar a Damasco.
Interesantemente después de regresar del desierto, Pablo pasó la mayor parte de los primeros tres años en su ciudad natal, Tarso, sólo para trabajar en el ministerio. ¡Imagínese la gente de su ciudad natal que fue testigo del cambio de este hombre! Vea el versículo 22 de nuevo:
«Pero todavía no era conocido en persona en las iglesias de Judea que eran en Cristo; sino que sólo oían decir: El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predicala fe que en un tiempo quería destruir. Y glorificaban a Dios por causa demí”. ¿Te puedes imaginar el gozo que Pablo debió haber sentido? ¿Haber pasado de ser alguien odiado y temido a alguien que compartía el gozo del Señor dondequiera que iba?
Si la gracia de Dios se puede extender hasta alcanzar a un terrorista religioso como Pablo, ¿cuál es tu excusa? ¿Crees que la gracia de Dios no puede llegar a ti por las cosas que has hecho en tu vida? Si Dios extendió esa gracia a Pablo, ¡por supuesto que sí!
Y hay otra cosa que uno se puede dar cuenta – la mayor influencia de Pablo en la vida de sus contemporáneos y en todas las vidas de aquellos que vinieron después de él – no sucedió de la noche a la mañana. Le tomó 14 años de ser un seguidor de Jesucristo antes de que Pablo fuera visto como un líder en la iglesia. Esta es su historia. Primera parte – su vida antes de Cristo. Segunda parte – su encuentro con Cristo. Tercera parte – su vida después de conocer a Cristo como su Señor y Salvador.
Todos tenemos una primera parte en la historia de nuestra vida. ¿Qué pasa con la segunda y tercera? Ninguna historia de la vida está completamente llena sin (esas) tres partes. ¿Cuál es la historia de tu vida?