“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.- Génesis 2:24
Una de las declaraciones más tristes que he escuchado como pastor, una y otra vez, cuando una persona pierde a su cónyuge es: “me siento como si perdí una parte de mí”. Y en verdad sí, esa persona perdió una parte de ella debido a que Dios diseñó el matrimonio para que sea un vínculo de una sola carne en lo emocional; un vínculo de una sola carne en lo relacional; un vínculo de una sola carne en lo espiritual; y un vínculo de una sola carne en lo físico. Y para ustedes que en este momento se están preguntando, no hay dudas que la relación sexual es el símbolo principal de la relación de una sola carne que Dios tenía en mente para el esposo y la esposa en el matrimonio. El sexo es un regalo maravilloso. La idea falsa de que el sexo tuvo su origen después de la caída del hombre no tiene ningún sentido. Dios les dio el sexo al hombre y a la mujer como un regalo para que se disfrute en el contexto de un amor comprometido, pero solamente en el matrimonio. Adán y Eva disfrutaron del placer mutuo de la relación de “una sola carne” mucho antes de que cayeran en pecado y Dios estaba muy contento con ellos. Después de todo, el sexo fue Su idea.
Tristemente, la relación de “una sola carne” ha sido falsificada una y otra vez por los seres humanos. ¿Cómo se falsifica esa relación? Echemos un vistazo a cuatro maneras:
- Se falsifica con el sexo prematrimonial. No sólo eso está mal, sino que no hay ningún compromiso para toda la vida que le dé el [mismo] significado que le da la relación de una sola carne a un matrimonio.
- Se falsifica con el adulterio. El adulterio le entierra un puñal en el corazón del matrimonio, de modo que destruye la confianza que, con frecuencia, se hace muy difícil para un cónyuge sobrepasar.
- Se falsifica con la homosexualidad y con el matrimonio de personas del mismo sexo. Es triste que la comunidad cristiana no haya hecho mucho para ayudar esta situación. Al observar las personas en la iglesia, los defensores de los derechos de los homosexuales ven al clero que apoya las lesbianas, los gays, bisexuales y los transexuales decir que el pecado de la homosexualidad no es ningún pecado, sino que es algo bueno; o ellos ven la hipocresía arrogante que se encuentra en la iglesia cristiana. Ellos piensan: “¿Estás bromeando? ¿Con todo el divorcio y adulterio en tus iglesias? ¿Estás bromeando?” Es obvio que esos pecados no eran lo que Dios tenía en mente para el matrimonio.
- Se falsifica con la pornografía. El daño que la pornografía ha traído en sus diversas formas a los matrimonios y a las relaciones entre hombres y mujeres es difícil de enumerar. Estaríamos muy tristes si tuviéramos los números reales de la cantidad de hombres y mujeres que son adictos a la pornografía, o que coquetean con la pornografía regularmente, dentro y fuera de la iglesia.
Por supuesto, existen muchas más maneras de falsificar el matrimonio, pero al mirar solamente estas cuatro, la mentalidad que las apoya es la autocomplacencia y la autocomplacencia nunca fue parte del plan de Dios. El plan de Dios era que se realizaría por medio de la relación de una sola carne entre un hombre y una mujer en matrimonio […] ¡bien hecho, Dios!