«Pues todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios,» – Romanos 3:23
Una de las razones principales por la que a las personas no les gustan la iglesia se debe a la hipocresía predominante que hay en ella. Para muchos de ustedes, esa es una de las principales razones por la que no asisten a la iglesia. En la película de 1997, “El Apóstol,” protagonizada por Robert Duvall, vemos a un predicador que se mete en problemas, que abusa físicamente y que engaña a su esposa. Incluso asesina a un hombre, pero corre rápidamente a una nueva ciudad donde nadie sabe nada de él y puede continuar predicando.
Evidentemente, en los últimos 30 años, Hollywood ha tenido mucho que decir sobre los predicadores y sacerdotes. Y una y otra vez, ellos han sido pintados de una forma poco favorable, regularmente como hipócritas, como un grupo de cabezas huecas y desconectados, como malas personas, psicópatas crueles. Si combinas todos los predicadores con los tele-evangelistas charlatanes, pues bien, ese no es un cuadro hermoso.
La verdad es que todos nosotros los predicadores luchamos con hipocresía, ninguno de nosotros siempre practicamos lo que predicamos. Estoy seguro que yo me quedo corto en mi vida. Pero tengo una buena noticia. He conocido a un solo predicador que no tiene indicio de hipocresía. Él está vivo hoy en día—Su nombre es Jesús. El resto de nosotros quedamos cortos, pero Jesús nunca se queda corto. De modo que te insto a poner tu enfoque y fe en Él. Estudia Su vida que se encuentra en las cuatro biografías de Él en la Biblia (el evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Si tú puedes encontrar alguna hipocresía en Él, en lo que sea, recházalo. Pero no creo que tú puedas encontrar eso. Creo que tú vas a descubrir el hombre más genuino que ha vivido. ¡Afortunadamente, Él todavía vive hoy!