“No harán nada de lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno hace lo que mejor le parece”.—Deuteronomio 12:8
Consideremos las consecuencias lógicas del matrimonio del mismo sexo. Si el hombre moderno de repente decreta que lo que ha sido inmoral e ilegal por miles de años en todas las sociedades ahora es moral y legal, entonces ¿Cómo puede él o ella negarle a un hombre el derecho de casarse con tres, o cuatro mujeres (en especial, ya que el Corán del islam enseña que tener más de una esposa está bien)?
Si el matrimonio entre personas del mismo sexo es algo correcto y es bueno después de haber sido algo que el resto de las sociedades no lo han considerado correcto por miles de años, ¿Cómo puede la sociedad negarles el derecho a dos adultos consentidos que se quieran casar—a pesar de que eso pudiera suceder entre el padre y su hija, entre la mamá con su hijo, o el hermano con su hermana? ¿Sobre qué base esta sociedad pudiera decir que eso está mal, si el matrimonio del mismo sexo está bien? El matrimonio del mismo sexo trae una multitud de embrollos que resultarán en caos morales en muchas otras áreas de la vida.
Dios es quien inventó el matrimonio, y lo instituyó entre un hombre y una mujer en el libro de Génesis.