“Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.” Marcos 14: 35-36
¿Cómo enfrentas la soledad? Muchos tratan de esquivarla entre la multitud; otros la esconden detrás de la máscara del ajetreo, mientras otros intentan ahogarla con distracciones: Redes sociales, noticias, televisión, Netflix, medicación etc. Pero, ¿Qué pasa cuando el ruido se disipa? ¿Cuando la botella esta vacía
Jesús era familiar con la soledad y la ansiedad. En Marcos 14, encontramos a Jesús en el jardín de Getsemaní con sus discípulos. Jesús sabía lo que le vendría: traición y la cruz. ¡Eso sí que es verdaderamente ansiedad y estrés! Sus emociones negativas eran tan abrumadoras que Jesús comenzó a orar con una intensidad con la que nunca antes lo había hecho. Jesús fue a pasar tiempo a solas con Dios, derramando su corazón a su Padre Celestial y suplicando por otra salida. Sin embargo, el oro diciendo: “Hágase tu voluntad, y no la mía”.
Así que, ¿Que podemos aprender sobre como Jesús trata con las emociones de la soledad y la ansiedad? ¿Cómo deberíamos responder?
- Pasar tiempo con Dios. Necesitamos pasar tiempo a solas con Dios para poder encontrarnos cara a cara con Él. No mas excusas, postergación y distracciones. No es fácil. Para muchos de nosotros, el pecado y los errores del pasado se vuelven tan dolorosos que tratamos de ignorarlo o esconderlos de Dios. Pero hasta que no vengamos cara a cara con Dios, nunca seremos liberados de esas emociones. Jesús no pecó, pero nuestros pecados que seguro le mataron.
- Elije la voluntad de Dios. Al final, Jesús escogió la voluntad de Dios incluso cuando fue enfrentado a una muerte horrible en la Cruz. Rindiendo nuestras vidas a Dios; diciendo no a nuestra voluntad y si a la suya, encontramos la increíble presencia de Dios que nos llena con esperanza, amor y misericordia. Jesús encontró valor para ir adelante en fe.
- Dios recompensa a aquellos que caminan en su voluntad. Dios el Padre levantó a Dios el Hijo de la muerte. Él reina en el cielo sobre todo hoy. Nuestra recompensa final puede no ser cumplida hasta más tarde en el futuro, a veces incluso hasta que lleguemos al cielo, pero siempre hay recompensa en hacer la voluntad de Dios.
Si tú estás luchando con sentimientos de soledad, vete a Dios. Vuelve tu vida hacia Él, y allí encontraras aceptación, perdón y el valor de ir adelante en fe. Descubrirás paz en saber que realmente no estás nunca solo. ¿Estás listo para confrontar tu soledad?