En contra de todas las probabilidades, Abraham inicio una misión de rescate para liberar a su sobrino, Lot.

Inmediatamente, el reconoció la mano de Dios en esta extraordinaria victoria, ofreciendo un porcentaje a Dios de todo lo que tenia como una ofrenda de acción de gracias. Esto fue el primer diezmo.

¿Qué es un diezmo? El diezmo es el 10% de lo que uno gana. Para Abraham, hubiera sido el 10% de lo que consiguió de su victoria en la batalla.

En un momento cuando cualquier hombre o guerrero poderoso podría jactarse sobre sus logros militares importantes, Abraham demostró un espíritu de gratitud y adoración. EL estableció un ejemplo para nosotros. Abraham no dio su diezmo porque se sentía obligado, o porque era lo correcto. Abraham trae su diezmo delante de Dios en un espíritu de adoración, completamente abrumado por la grandeza de Dios.

Del mismo modo, los seguidores de Cristo deben dar fielmente por gratitud y adoración en respuesta a las bendiciones de Cristo en nuestras vidas. Mira a Abraham. Abraham demuestra la humildad en la cual nosotros tenemos que adorar a Jesús, reconociendo abiertamente todo lo que El ha hecho y la salvación que El trae. Tenemos que ser seguidores agradecidos del Señor dando nuestros diezmos y ofrendas como acción de gracias por las bendiciones en nuestras vidas.

LA ofrenda de Abraham gira alrededor de la adoración. Es un recuerdo de lo que significa adorar a Dios en fe; no porque el sentía que tenia que hacerlo, sino como un acto de adoración. Haz un inventario de tu vida. A pesar de los altos y bajos, empieza a identificar las bendiciones en tu vida. ¿Estás dando de vuelta a Dios en fe, en adoración y en gratitud? Si no, ¿Por qué no? Dar el diezmo de lo que ganamos es demostrar a Dios que nuestros corazones están puestos en El, que confiamos en El. Nuestro corazón dice ‘gracias’ por tus bendiciones.