SER UN MAYORDOMO – EL CAMINO DE DIOS

27 de junio de 2024

» José se ganó la confianza de Potifar, y este lo nombró mayordomo de toda su casa y le confió la administración de todos sus bienes.« Génesis 39:4

La vida de José se describe estando en lo más alto y en lo más bajo:

 De ser arrojado a un pozo para morir en un día – a ser elevado a segundo del mando en Egipto, la nación más poderosa de la tierra, al siguiente día.

Podemos identificarnos con José en muchos aspectos, porque todos tenemos altibajos. Lamentablemente, muchos de nosotros tendemos a descuidar al Señor cuando las cosas van bien, sólo para volver a Él cuando estamos en crisis.

 Cuando leemos la historia de José, después de ser vendido por sus hermanos a unos comerciantes, termina en la casa de Potifar, un líder egipcio. Al poco tiempo, Potifar nombró a José «supervisor de toda su casa y lo puso a cargo de todo lo que tenía» (Génesis. 39:4).

 Cuando Potifar lo pone a cargo, José comienza a prosperar. No hay ningún indicio de que José se atribuya un mérito indebido, ni de que utilice su prosperidad para promocionarse.  Por el contrario, continúa supervisando y administrando todo lo que Dios, a través de Potifar, pone a su cargo.

 ¿Un administrador? ¿Qué es eso?

 Un mayordomo es un administrador de algo o alguien que no le pertenece. Al igual que José, cada uno de los seguidores de Jesús está llamado a ser un mayordomo fiel, o administrador, de todo lo que Él nos ha confiado.

 Y esto va mucho más allá de la simple administración de nuestro dinero. Dios nos ha confiado muchas cosas. Como cristianos, Dios nos ha dado dones, talentos y habilidades que están destinados a ser utilizados para traerle gloria, para hacer discípulos y para edificar su iglesia.

 Entonces, ¿cómo lo estamos haciendo?

 Padres, Dios nos ha confiado hijos para que los criemos y enseñemos la verdad de la Palabra de Dios, modelando para ellos lo que significa ser un fiel discípulo de Cristo Jesús.

 ¿O qué pasa con el lugar donde vivimos? ¿Invitamos a los vecinos, abrimos nuestras casas y somos hospitalarios, para poder compartir el amor de Cristo con ellos?

 En todo esto subyace el hecho de que ser mayordomo implica que nada de lo que tienes es tuyo. I Corintios 4:7 dice: «¿Qué tienes que no hayas recibido? Si lo has recibido, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?».

 Las destrezas, los talentos y las habilidades que usas te fueron dados por Dios.

 Incluso el siguiente aliento que tomas te lo ha proporcionado el Rey sobre toda la creación. ¿Cómo vas a administrarlo?

 Cuando tomamos esas cosas que el mundo considera que nos darán estatus y prestigio – dinero, habilidades, poder – y las administramos como Cristo quiere que las administremos, le mostramos al mundo incrédulo el valor de Cristo, que Él es nuestro tesoro.

 José nos muestra cómo «administrar» para la gloria de Dios.

 ¿Haremos nosotros lo mismo? ¿Sólo para la gloria de Dios?

 Que así sea, Señor.

 Escrito por Austin Baker, Pastor