Que tus adornos no sean externos, pero deja que tu adorno sea tu corazón. – 1 Pedro 3:3-4
El mundo pone mucho enfoque en la belleza de la mujer, en su maquillaje, joyas, ropa y por supuesto el peinado, sin olvidar el cuidado del cuerpo. Ciertamente los hombres son atraídos a una mujer bella y las mujeres saben que la belleza es poder.
La palabra de Dios le dice algo interesante a las mujeres: “Que tu adorno no sea meramente externo, sino deja que sea tu corazón”. La palabra de Dios le recuerda a cada mujer, que la belleza externa es temporal, pero la belleza interna de un carácter y espíritu dedicado a Dios no perece. Piense en las señoras adultas que su rostro se hace más hermoso con su edad.
Dios no dice que no te preocupe tu apariencia, sino al contrario, y le seguro que el hombre de su vida quiere que usted se vea de lo mejor. Dios quiere que la mujer recuerde que la única belleza que dura es la interior. Dios quiere que usted se enfoque en una belleza que le da esplendor con cada año más de vida.