BRILLAN COMO DIAMANTES

12 de junio de 2024

“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.”  Santiago 1:2-4

Los diamantes son una sustancia natural fascinante.

Los diamantes son la sustancia natural más dura de nuestro planeta. De hecho, son tan duros que lo único que puede rayar un diamante es otro diamante.

Pero lo más fascinante de los diamantes para mí es que tienen un punto de fusión muy alto. (3547℃ / 6420℉) y punto de ebullición (4827℃/ 8720℉)

¡Eso sí que es calor!

Estas hermosas piedras se forman a unas 90 a 120 millas bajo la superficie de la tierra y son llevadas a la superficie por erupciones volcánicas. Los geólogos coinciden en que los diamantes se forman bajo una presión aplastante y un calor intenso. Cuando se enfrían… ¡Diamantes!

En la Escritura de hoy, Santiago nos presenta una verdad muy incómoda que todos debemos afrontar:

Hay algunas cualidades en nuestras vidas que Dios sólo puede desarrollar a través del fuego de las pruebas.

Soportar estas pruebas intensas nos ayuda a darnos perseverancia que resulta en nuestra madurez espiritual.

Lo sé. Desearía que esto no fuera cierto para ti y para mí.

Desearía que tuviéramos un atajo para ser más parecidos a Cristo y más dependientes del Señor. Sin embargo, si usted mira de cerca las vidas de las personas que podemos decir que son semejantes a Cristo, todos ellos le dirán que han pasado por las pruebas ardientes de la vida.

Dios utiliza las condiciones más inimaginables para crear las piedras más exquisitas y valiosas del mundo.

También utiliza las presiones y el calor intenso, las pruebas y el sufrimiento para producir algo grande en nuestras vidas: La semejanza con Cristo.

Si estás pasando por una presión intensa en este momento, piensa en «Diamantes» y deja que Dios cree algo exquisito en tu vida.