“ Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.”
Isaias 30:21
La vida consiste en tomar decisiones.
En realidad no prestamos atención a la mayoría de las decisiones que tomamos: elegimos qué emisora de radio escuchar, qué cenar o qué película ir a ver. No nos pasamos horas agonizando con decisiones así. La elección se presenta, la tomamos y la mayoría de las veces seguimos con nuestro día.
Pero hay ocasiones en las que la decisión parece más importante, como elegir una carrera, una casa o un cónyuge. Éstas son el tipo de decisiones que pueden quitarnos el sueño; incluso nos llevan a pedir consejo a otras personas y a sopesar cuidadosamente nuestras opciones.
Grandes o pequeñas, siempre estamos decidiendo algo. Pero las grandes y las pequeñas no están aisladas unas de otras. De hecho, cada pequeña decisión es el reflejo de una mayor.
En otras palabras, la vida consiste en grandes decisiones que se concretan en pequeñas elecciones.
He aquí sólo un ejemplo: El matrimonio es una gran elección. En un solo momento, te comprometes ante Dios y ante los demás a honrar a tu marido o a tu mujer, pase lo que pase.
Hacer el compromiso matrimonial es una GRAN decisión.
Pero hoy, usted tiene la oportunidad de actualizar esa decisión en un montón de pequeñas maneras, tales como:
- ¿Harás preguntas atentas sobre las actividades diarias y los sentimientos de tu cónyuge?
- ¿Le servirás haciendo algunas de las tareas que odia hacer?
Todas estas pequeñas decisiones no son más que un reflejo de la decisión más importante que tomaste el día de tu boda.
Puedes ver cualquier pequeña elección diaria de esta manera: Pregúntate: «¿Cuál es la decisión más grande detrás de la elección más pequeña que estoy haciendo en este momento?». (Recuerda que no hay elecciones pequeñas. Cada una desempeña un papel importante en la dirección general de tu vida).
Puedes aplicar esta misma dinámica a tu fe.
¿Qué te parece esta pregunta? ¿Crees en Jesús?
Esa es una gran decisión.
AMIGOS MÍOS, ES LA DECISIÓN MÁS GRANDE QUE JAMÁS TOMARÁS.
La Biblia nos lo presenta en forma de las dos torres gemelas de una relación con Cristo. Estas dos torres, los pilares fundamentales de lo que significa estar bien con Dios, se resumen en estas palabras:
Arrepentirse y Creer
La gran elección de arrepentirse es que de una vez por todas decides dar un giro de 180 grados a tu inclinación natural a gobernar tu propia vida.
La gran elección de creer es que aceptes que Jesús es Señor de todo, incluyéndote a ti.
Hoy tanto tú como yo tendremos muchas oportunidades de realizar grandes decisiones a través de un montón de otras mucho más pequeñas.
Lo más probable es que ya hayas tomado algunas decisiones importantes. Pero, ¿has tomado la decisión más importante de tu vida: seguir a Jesús?
Cada decisión, grande o pequeña, es tuya.
¿Qué vas a decidir?