“No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco”.—Romanos 7:15
¡Caramba, lo hice de nuevo! La misma cosa que pensé haber derrotado en mi vida, la cometí otra vez. ¿Es así como te sientes sobre el pecado o sobre alguna mala costumbre que parece que no puedes vencer?
No te encuentras solo. Todos nosotros nacimos con una naturaleza pecaminosa, con una inclinación al pecado. Seguro, somos una creación de Dios la cual Él dijo que era buena. Pero todos hemos sido envenenados por el pecado y somos incapaces de vencer ese veneno por nuestras propias fuerzas. El hecho es que necesitamos una cura, un doctor. Necesitamos ser rescatados de esa condición mortal.
La buena noticia es que podemos lograrlo. Es por eso que Dios se hizo hombre en la persona de Jesús. Él es el Gran Médico y vino a sanarnos del veneno mortal del pecado. Él nos perdona y nos da el poder para vencer lo que no podemos vencer con nuestras propias fuerzas.
Dios provee el Espíritu Santo para hacer lo que debemos hacer al darnos el deseo interior y la disciplina para hacer lo que necesitamos. Eso se encuentra por medio de la fe en Jesucristo. Él nos da la victoria que nunca nos podemos dar a nosotr