Jesús respondió: «El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor —contestó Jesús— Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” Marcos 12:29-30
Amar a Dios cada día implica una batalla por nuestra mente.
¿A qué me refiero?
Piensa en cuántas veces tu vida por los pensamientos te ha hecho tropezar o caer en la tentación. Tal vez sea el miedo a lo desconocido lo que consume tu mente. Cuanto más pienses y te detengas en este miedo, más grande se vuelve – eventualmente, ahogando completamente tu fe en la bondad, fidelidad y provisión de Dios. Por eso 2 Corintios 10:5 nos recuerda que «derribemos los argumentos y toda pretensión que se oponga al conocimiento de Dios, y llevemos cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente a Cristo».
En otras palabras, Pablo está enseñando a la iglesia de Corinto cómo luchar por sus mentes, y empieza por llevar cautivo todo pensamiento y oponerlo al conocimiento de Dios.
¿Cómo conocemos el conocimiento – el carácter – la mente de Dios?
Estudiando la Palabra de Dios.
Es por eso que el tiempo de silencio personal y el estudio de la Biblia son tan críticos en la lucha por nuestras mentes. ¿De qué otra manera conoceremos la mente de Dios y lo que es verdad frente a las mentiras? ¿De qué otra manera sabremos lo que Dios espera de nosotros y cómo debemos vivir? Eso no se aprende escuchando la radio, mirando el ordenador o el teléfono, o relajándose frente al televisor. No, amar a Dios con todas nuestras mentes requiere que nuestras mentes mediten en Dios y en la Palabra de Dios.
Uno de mis pasajes favoritos de la Escritura es Isaías 55:8 y 9. «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos», declara el Señor. «Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos».
Esos versículos son una hermosa descripción de por qué la Palabra de Dios es tan única. Debido a que mucho de lo que leemos, escuchamos o consumimos en las redes sociales hoy en día tiende a ser contrario a la verdad que se encuentra en la Palabra de Dios, necesitamos sumergirnos en Su Palabra como una forma en la que podemos llegar a conocer realmente a Dios. Cuanto más lleguemos a conocer QUIEN es Dios, mejor podremos identificar y combatir las mentiras de este mundo.
Cuanto más conozcamos a Dios, más podremos amar a Dios con nuestras mentes.
Escrito por Bryant Wright, Fundador, RFTH