«Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.» – Isaías 53:6
Uno de los motivos por lo que los cristianos no se atreven a dar testimonio a amigos judíos es que simplemente no saben cómo abordar el tema. Aquí están algunas ideas:
En primer lugar, háganlo dentro de una relación. Ser un amigo en primer lugar. Mostrar el amor que sienten por esa persona y que te importa lo que les sucede. Pero no sólo eso, dentro de la relación, es posible que te hagan algunas preguntas como, «¿Qué piensa usted acerca de lo que está pasando en el Medio Oriente hoy?» O, «¿Qué hace su familia en la Pascua?
En segundo lugar, se puede mostrar el amor de un amigo judío, diciendo: «Usted sabe, yo estoy muy agradecida de mi herencia judía como cristiana. ¿Estaría usted dispuesto a dejar que vaya a la sinagoga a escuchar un servicio para que pueda aprender más acerca de la fe judía? «A menudo a los cristianos nos bombardean con rapidez con lo que creemos que no se tomaran el tiempo para mostrar interés en sus creencias.
3. Y, en tercer lugar, un día, cuando sea el momento adecuado, lea Isaías 53 con ellos y pregúnteles: «¿De quién cree usted que en este pasaje estén hablando?» La mayoría responde: «Eso es hablar de Jesús.» Y luego dicen: «No usted sabe dónde está? «Y ellos responden por lo general,» es evidente en la Biblia cristiana. «Pero luego muéstreles,» No, es el profeta judío Isaías, más de 700 años antes de que Cristo viniera, profetizando la muerte de Cristo. «Eso es una conexión bíblica que pudiera sorprender de una manera que pudiera crear cierta disposición a mirar más a Jesús.
Por lo tanto, construir la relación, y luego se basan en ella. La convierten en una conversación confiada, cómoda a medida que los introduce a su Mesías.