En el libro, Días de Gracia, Arthur Ashe comparte su filosofía sobre el dinero. Él dice, «De lo que ganamos, podemos hacer en la vida muchas cosas pero cuando damos a otros lo que hacemos es ganar en la vida.» Que gran perspectiva sobre el dinero. La atención se centra en dar, mas que en ganar, y es lo que hace toda la diferencia.

Cada vez que rodeamos nuestra vida con los objetivos de conseguir todo lo que podamos, deseando y atesorando todo lo que nos dan. Si esto es lo que conduce tu vida entonces el dinero te hace su esclavo. Nuestra felicidad depende de cuánto tenemos. Y por otro lado, si usáramos el dinero como un instrumento para alcanzar objetivos buenos, entonces el dinero se convierte en nuestro siervo. Se hace una herramienta para glorificar a Dios y ser de bendición a otros. Esa actitud nos libera para usar el dinero como Dios lo propone: No solo para nuestras necesidades, sino también para hacer el bien a los demás.

Jesús nos enseña claramente. Y dice, «No se puede servir a Dios y al dinero». ¿Qué tal? ¿Es usted el amo de su dinero, o su dinero es su amo? ¿Amo o esclavo? La elección es suya.