“El ladrón solamente viene para robar, matar y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la tenga en abundancia.” – Juan 10:10
Ciertas personas piensan erróneamente, que seguir a Jesús significa tener que ser legalistas y sentenciosos. Nada está más lejos de la verdad. Jesús vino para darnos una vida rica y satisfactoria: “El ladrón solamente viene para robar, matar y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la tenga en abundancia” (Juan 10:10 PDT)
Satanás es quien quiere “robar, matar y destruir” tu libertad y tu gozo.
A menudo personas bien intencionadas, pero equivocadas, pueden llevarnos a evadir a Dios a causa de su fanatismo. Estos son algunos de los fanáticos religiosos que he observado a lo largo de los años:
Alfredo el Fariseo: Rígido, cerrado y legalista, tiene una regla para cada cosa. Su palabra favorita es “no”. Es muy natural que algunas personas teman llegar a ser así si se convierten a Cristo. Sin embargo, a los individuos como Alfredo, Jesús las calificó como “guías ciegos” al decir: “¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un camello!” (Mateo 23:24 NTV).
Susana la Santurrona: Tienen la actitud de “yo soy más santa que tú” y juzgan siempre a los demás. Su frase favorita es: “¡Gracias a Dios no soy como tú!” Jesús relató la historia de dos hombres que oraban, uno auto-justificándose y con actitud santurrona, y el otro humillado por sus fracasos: “ Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados” (Lucas 18:14).
Guillermo el Golpeador con la Biblia: Es un activista desagradable y con exceso de celo. Su frase favorita es “¡arrepiéntete o piérdete!” Pero el plan de Dios para llevarnos a morar con Él, está lleno de amor, gracia y sacrificio: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él” (Juan 3:16-17 NVI).
Paula Aleluya: No puede hablar sin usar clichés religiosos. Cada cosa es un milagro o una obra del demonio. Ha guardado su cerebro en un armario. Pero Dios no quiere que tú dejes de pensar cuando te conviertes en cristiano; en realidad, él quiere darte la mente de Cristo (1 Corintios 2:16).
Estos son estereotipos, pero representan personas que han abandonado su relación con Jesús y han abrazado una religión. Pero Jesús dice: “Yo vine para que la gente tenga vida [no religión] y la tenga en abundancia.”