«El Señor se volvió a (Gedeón) y le dijo: » Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?.” – Jueces 6: 14
¿Alguna vez te has sentido impotente? En la batalla que globalmente se esta teniendo en contra del COVID-19, es ciertamente fácil sentirse impotente: por los temores económicos, pérdida de empleos, empleos paralizados, ciudades y naciones bloqueadas y cerradas, seres queridos enfermos. Lo que era normal hace unas semanas se ve drásticamente lejano hoy.
Si alguien puede identificarse con el sentimiento de impotencia y la lucha por confiar en Dios en su interior, ese fue Gedeón. En Jueces 6, Gedeón se encuentra con una severa opresión a manos de los madianitas. Durante siete años ellos se habían visto reducidos a esconderse en las montañas y las cuevas, simplemente luchando por sobrevivir (Jueces 6:4). Esto les hizo sentirse impotentes ante las circunstancias que le rodeaban.
Un día, Dios envió un ángel a Gedeón: «¡El Señor está contigo, poderoso guerrero!» Gedeón, que en ese momento había estado trillando trigo en un lagar para así tenerlo fuera de la acción, probablemente no se sentía como un poderoso guerrero. De hecho, más tarde le recordaría a Dios que provenía del clan más débil, y que él mismo era el menor de su familia (Jueces 6:15). «Guerrero poderoso» no lo era.
Además, después de siete años de sufrimiento, Gedeón tenía muchas preguntas. «Perdóname, mi señor», respondió Gedeón, «pero si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha pasado todo esto? …el Señor nos ha abandonado.” En otras palabras, Gedeón se preguntaba lo que muchos de nosotros podríamos estar pidiendo a Dios en este momento: ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás? ¿Por qué estoy en medio de esto?
Mira cómo responde Dios en el versículo 14: «Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los Madianitas. ¿No te envío yo?…Yo estaré contigo» (Jueces 6: 14, 16a). En otras palabras, Dios le dice a Gedeón que vaya -tal como es él- y que confíe en ÉL para llenar lo que él no puede. A regañadientes, Gedeón obedece. Por supuesto, Dios lo hace de una manera milagrosa. Finalmente, Gedeón se convirtió en ese poderoso guerrero que Dios vio en él, y lideró a un ejército a la victoria aunque era superado enormemente en numero por los Madianitas. (Lee la historia completa en Jueces 7).
Todos pasamos por una temporada sintiéndonos impotentes y en la que nos encontramos perdiendo la esperanza. Quizás la crisis actual del COVID-19 está poniendo a prueba su fe hoy. Si es así, entonces permite ser animado por Dios con la historia de Gedeón y recuerden:
1) Dios es mas poderoso que el mayor obstáculo que tengas delante.
2) Dios ve cosas (en nosotros y en las circunstancias de la vida) que nosotros no podemos ver.
3) A Dios le encanta usar situaciones aparentemente desesperadas para SU gloria.
¿Cómo te usará Dios en esta época de incertidumbre?