«También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”. – Mateo 5: 31-32
¿Es el divorcio siempre malo? ¿Está permitido el divorcio? De ser así, ¿cuándo sería permitido? ¿Es volverse a casar (con otra persona) después del divorcio siempre adulterio? ¿Se permite que la persona divorciada se vuelva a casar alguna vez? Si es así, ¿cuándo? Ahora bien, simplemente plantear estas preguntas sobre el divorcio y el volverse a casar puede causar una gran tensión. Debido a que muchos se han divorciado y se han vuelto a casar después del divorcio, todos nosotros hemos sido afectados por el divorcio de alguien a quien amamos. Tratar de entender las palabras retadoras de Jesús puede ser, en realidad, preocupante, así que vamos a procurar entender exactamente lo que Jesús nos está comunicando.
De inmediato, vemos que Cristo deja muy claro que la intención de Dios para el matrimonio es que sea para toda la vida; y la única excepción es en caso de infidelidad. Me doy cuenta de que esa no es una palabra que utilizamos a menudo. ¿Qué significa? Significa fornicación. ¡Bueno, seguramente esa no es una palabra que utilizamos a menudo en el lenguaje cotidiano! ¿Qué significa? Significa la inmoralidad sexual ilícita fuera de los lazos del matrimonio. Por lo tanto, lo que Jesús está diciendo es que la infidelidad por parte de su cónyuge hace que el divorcio sea permisible, por lo que creo que significa que Él permite el volverse a casar. De otra manera, Él estaría definiendo todo los divorcios como el pecado del cual nunca podríamos ser completamente perdonados. Y sabemos que ese no es el caso.
No obstante, Dios odia el divorcio. Entonces, ¿cómo puede Él permitirlo? Cuando un hombre y una mujer han hecho votos y han creado un pacto entre sí delante de Dios, y esos votos se han roto, Dios permite el divorcio. No es lo que Él quiere. Él no nos manda a obtener un divorcio. Él simplemente lo permite, sabiendo que debido a que el dolor puede ser tan grande y la confianza tan irremediablemente rota, la relación no puede continuar. Dios odia el divorcio por el daño que le hace a nuestra relación con Dios y el hombre. Pero Él no odia al cónyuge divorciado. Él lo ama.
¿Qué debería yo hacer si ya metí la pata y me divorcié de mi cónyuge por razones no bíblicas? ¿Qué pasa si yo fui la parte culpable en la ruptura de mi matrimonio? Bueno, esa es una de las cosas bellas acerca de Dios. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.
Lo de divorciarse y volverse a casar es increíblemente complicado. Pero para aquellas personas que todavía están casadas, por favor recuerden que el matrimonio es para toda la vida. Para aquellos que están divorciados, cuando busquen el perdón de Dios, ustedes son perdonados. Él envió a Su Hijo a morir en la cruz por el pecado del divorcio, el pecado de asesinato, el pecado de adulterio, todo pecado que el hombre conoce. Y porque Cristo ha dado Su vida para limpiarnos de todo pecado, hay esperanza después del divorcio. Siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo, cuando estamos dispuestos a aceptar el perdón de Dios, lo cual es una buena noticia poderosa.