“Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar”.–Génesis 2:21
Mientras Dios creaba el mundo y sus habitantes, hubo muchos “primeros”. Pues bien, supongo que tú podrías decir que todas las cosas que Él creó fueron “primeras”. Ahora bien, estoy hablando en específico de lo que sucedió cuando Él creó a Adán y a Eva.
Dios se convirtió en el primer anestesiólogo, cuando hizo que Adán cayese en un sueño profundo. Luego, mientras operaba a Adán, Él se convirtió en el primer cirujano. Ahora, ya sabemos que Dios fue el primer artista—de hecho, Él es el primer Artista maestro—o sea el Diseñador maestro. Después de todo, Él había creado los cielos, la tierra y todo lo que hay en él, incluyendo al hombre. Pero Él nunca había diseñado (o construido) una mujer. Entonces, ella también fue “primera”. Y como Él había creado a Adán y a Eva para que fuesen perfectos el uno para el otro, pudiéramos decir que Dios fue el primer casamentero. Y para terminarlo todo, Él fue el primer Padre de la novia, cuando le entregó a Eva en casamiento a Adán.
¿Cómo respondió Adán? ¡Estuvo emocionadísimo! Él dijo, “Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mis carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada”. ¡Adán de repente se convirtió en poeta! ¡Esas fueron las primeras palabras románticas de la historia! Adán supo de inmediato que ella era exactamente lo que le faltaba a su vida. Vemos el sentido de apreciación que él tenía cuando Dios se la entregó. Aquí vemos el primer matrimonio. Aquí vemos lo que Dios tenía en mente cuando diseñó el matrimonio: la compañía suprema humana entre un hombre y una mujer.
Es un hermoso relato de amor a primera vista. Ese es el único matrimonio perfecto en la historia de la humanidad. Pero entonces llega el pecado y con él entran los problemas en el matrimonio. Eso continúa siendo así hasta hoy; sin embargo, en Cristo podemos ver que Él nos fortalece de una manera que transforma el matrimonio para bien. No es perfecto, pero se aproxima mucho a lo que tenían Adán y Eva antes de arruinarlo. Si estás teniendo problemas en tu matrimonio, ¿Por qué no permites que Jesús transforme la vida de ustedes? ¡Sí, la vida de ustedes dos!
Hablaremos más mañana sobre el matrimonio.