«Jesús le dijo: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste. Ama a tu prójimo como a ti mismo. – San Mateo 22:37-39
Creo que los Diez Mandamientos son de gran beneficio si se les tiene en cuenta para vivir correctamente. Los Diez Mandamientos son la base para el comportamiento ético y espiritual. Los cuatro primeros mandamientos centran nuestra relación con Dios. Los últimos seis hablan de la relación que tenemos con nuestros vecinos-prójimos. En resumen, los mandamientos nos guía a estar en la dirección correcta para entonces vivir mejor con nuestros semejantes.
Los cuatro primeros instan a que pongas a Dios en primer lugar. No tener ídolos. Respetar su nombre. Recordar el día del sábado.
Y los últimos seis son:
- No mataras.
- No cometerás adulterio.
- No robaras.
- No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
- No te acuestes con enojo.
- No codiciarás la casa de los vecinos.
Esto suena muy negativo, ya que hay muchos «no.» Y cuando alguien dice «no» para algo, hay algo dentro de nosotros que dice «SÍ». Y para contrastar esto Jesús resumió en positivo estos mandamientos que comienzan con la partícula negativa No.
Jesús gijo: «amaras a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.» (Esto resume rapidamente los cuatro primeros mandamientos) y continúo diciendo: «amaras a tu prójimo como a ti mismo». ¡Guao!, está es la perfecta síntesis de los diez mandamientos.
Cada versión, tanto los diez mandamientos dado en el Antiguo Testamento como el resumen de Jesús con los dos mandamientos en el Nuevo Testamento, nos enseña cómo tener una buena relación con Dios y con el prójimo. Dicho de otra forma, el punto que quiere subrayar es que cuando estamos bien con Dios entonces por consecuencia estaremos bien con nuestros vecinos-prójimos.