«Herencia de Jehova son los hijos; Lo propio es el fruto del vientre.» – Salmos 127:3
¿Has pensado cuál sería el trabajo más duro y difícil en la vida? Muchos están de acuerdo cuando responden que se trata de ser padres. El reto de criar a los hijos a través de las grandes demandas que están haciéndose hueco en el mundo, y aún a pesar de eso guiarles a ser los hombres y mujeres que Dios creo que fuesen.
La Biblia ofrece una idea atemporal con esto, «toma al niño en el camino correcto, y aún cuando sea grande no se apartará del camino correcto.» Su ruta debe ser conforme a la palabra de Dios. Esto también significa que tenemos que ser estudiantes de nuestros hijos, aprender a reconocer los talentos y habilidades que Dios les da. También tenemos que ayudar a nuestros hijos a desarrollar sus fortalezas y debilidades, para que puedan navegar por la vida cuando sea más fácil y más difícil.
¿Cómo nos podemos convertir en una bendición a nuestros hijos y enseñarles con su confianza en nosotros lo que está bien y lo que está mal? No hay atajos con esto. Mucha oración porque los días son malos, y tenemos la promesa de Dios de que Él hará bien su trabajo. El desafío es grande, pero la recompensa de ver a nuestros hijos crecer y convertirse en adultos y productivos, hace que valga la pena todo el trabajo duro que conlleva criar a hijos con temor de Dios.