“Decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; pero tu oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.” – Salmos 31:22
El rechazo es parte de la vida. Todos lo enfrentamos, cuando tratamos de entrar a un equipo, nos sacan, o nos despiden. Lo más duro es el rechazo en la familia por medio del divorcio, un hijo sentirse rechazado por un padre, o el rechazo de un hermano.
Recuerda bien, el poder de Dios es suficiente para superar el rechazo. ¿Cómo?
- Tú necesitas confiar en El completamente para llevar a cabo lo bueno de lo malo del rechazo.
- Tú tienes que confesar a Dios tus sentimientos de cualquier resentimiento, amargura, enojo o hacia esa persona y pídele a Dios que te perdone. Recuerda, la amargura es el veneno que bebemos, mientras que esperamos que la otra persona muera.
- Tú tienes que pedirle a Dios que te dé el poder de perdonar a esa persona que te rechazo y que te de la fuerza de seguir adelante.
Jesús es nuestro ejemplo, para hacer frente el rechazo. El opto por perdonar en la cruz y El nos da el poder de hacer lo mismo cuando los demás nos rechazan.