«Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos sera descubierto.» – Proverbios 10:9
Enron fue una vez la nina mimada de Wall Street. A principios del 2000, era la septima compania mas grande de Fortune 500 y la sexta compania de energia mas grande en el mundo. Y entonces, en poco mas de dieciocho meses, Enron estaba en quiebra. Ha sido tal vez la caida mas rapida de la historia corporativa.
Cual fue el problema en Enron? La compania, junto con el apoyo de sus contadores de Arthur Anderson (otro gigante corporativo que tambien colapso en la debacle), reportaria ganancias de la compra de una compania pero no debian ser ganancias reales sino especulativas o anticipadas. Con el tiempo, la gente empezo a hacer preguntas dificiles y ellos fueron denunciados por guardar registros falsos. La verdad fue descubierta y todo se desmorono. En el camino, cientos de miles de personas inocentes se derrumbaron con ellos. La avaricia y el engano del los lideres los llevo a su auto destruccion.
La debacle de Enron nos recuerda de cuan importante es el caracter, especialmente en los superiores. El mundo anhela lideres de integridad, hombres y mujeres piadosos que sean confiables, hagan lo que dicen, guarden su palabra y sean responsables. Que pasa cuando al liderazgo le falta este caracter basico? Proverbios 10:9 responde claramente: «Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos sera descubierto.» Los cientos de miles de empleados y accionistas de Enron y de Arthur Anderson pueden atestiguar esto.