“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” – 1 Timoteo 6:12
¿Sabes algo? La vida es una batalla diaria. Ella nunca renuncia. Es por eso que tenemos que “pelear la buena batalla”. Ahora bien, ¿de qué se trata todo esto? Pues, la razón principal (número uno) de que la vida es tan difícil se debe a la enfermedad llamada el “yo”. Esa es una frase de la que hablaba el antiguo dirigente de la NBA, Pat Riley. Y si alguna vez existió un dirigente que sabía cómo moldear a los jugadores y lograr que jugaran en conjunto como un equipo, ese era Pat Riley. Aquí está lo que dijo acerca de cuál era el gran reto: “Las [súper] estrellas egoístas se enfocan en ellos mismos. Ellos se molestan porque otros jugadores obtengan cualquier gloria. Para los individuos cuando forman parte de un equipo, la cosa más difícil de hacer es de sacrificarse, ya que ser egoísta es mucho más fácil”. Así que Pat Riley le llama a esto la enfermedad del “yo”.
A eso la Biblia le llama “pecado”, en el que nos involucramos en el egocentrismo, haciendo lo que queremos hacer en lugar de lo que Dios quiere que hagamos, sin importar lo mucho que eso pudiera ofender a otra persona. Tratamos de estar en control de nuestras vidas, en lugar de confiar que Dios está en control. Y la razón que la fe está en dicha batalla se debe a nuestra naturaleza pecaminosa. Pero eso no es todo. También existe la batalla diaria de la “guerra espiritual”.
Ahora bien, la guerra espiritual no se puede ver, pero créeme, sí existe. Tú combinas nuestra naturaleza pecaminosa, nuestro egocentrismo del nacimiento natural, con la seducción y las tentaciones del malvado para hacer lo malo, con las tentaciones de comprometer lo que sabemos que está bien y todo eso se hace una combinación volátil. Por lo tanto, la guerra espiritual con nuestro egocentrismo del nacimiento natural (o pecado) es la razón por la que la fe es una batalla de cada día.
¿Sabes cuál es el llamado supremo en la vida?, ¿es el llamado al servicio público?, ¿es el llamado a ser pastor?, ¿es el llamado a ser misionero?, ¿es el llamado a ser doctor, o maestro? ¿Cuál es el llamado supremo en la vida? El llamado supremo en la vida es el llamado a seguir a Jesús. Ese es el llamado supremo. Es el llamado a ser cristiano. El llamado a pelear la buena batalla de la fe. Ese es un llamado que se extiende a toda la humanidad.