“Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen”. – Colosenses 3:18-21
Hay familias tradicionales, mezcladas, de padres solteros, de hijos adoptivos. ¿Cuál realmente es la familia moderna de hoy en día?, ¿puede la familia moderna ser una familia bíblica?
No importa el estatus de tu familia, ya sea de casados, de solteros, de divorciados o simplemente es de un estatus ‘complicado’, todos podemos utilizar ayuda navegando esas relaciones. Entonces, ¿qué tiene la Biblia que decir sobre el tema de la familia y es eso tan siquiera relevante?
Comenzando en la familia, en el hogar, el siervo líder y el servir el uno al otro es el fundamento de una familia bíblica. Pensemos sobre los líderes que hemos conocido. Desde un gerente ejecutivo hasta un dirigente de fútbol, con frecuencia los líderes más efectivos y exitosos son siervos líderes. Estos líderes se preocupan más por el éxito de aquellas personas que él o ella está dirigiendo que por su propio éxito. Pero, ¿qué tiene esto que ver con una familia bíblica?
En la Biblia, a los esposos se les llama a ser siervos líderes, como Jesús, quien dio Su vida por la iglesia y dirigió así sacrificialmente. A las esposas se les llama a respetar y a seguir el liderazgo de sus esposos. A los niños se les llama a respetar y a obedecer a sus padres. ¿Puedes ver el tema clave en todo esto? El tema es poner las necesidades de los demás ante las nuestras—sirviéndonos los unos a los otros.
Cuando el apóstol Pablo hablaba sobre la familia en el primer siglo, sus palabras eran contraculturales. En una época cuando a las mujeres y a los niños se les consideraba propiedades y donde los matrimonios eran arreglos de negocios, esa idea era revolucionaria. Hoy en día, las enseñanzas bíblicas sobre la familia permanecen siendo contraculturales. En un mundo donde “la prioridad soy yo”, servir a los demás primero va definitivamente contra lo normal.
¿Qué tan diferente fueran tus relaciones si tú comenzaras dejando de lado tu propia agenda, tu orgullo y realmente sirvieras a los demás (o el uno al otro)? Cualquier forma que parezca tu “familia moderna”, pídele a Dios que te ayude a poner a las otras personas primero.
“Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen”. Colosenses 3:18-21