«Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta». Hechos 10: 14,15, y 17
El apóstol Pedro no era perfecto.
De hecho, luchó con prejuicios muy reales hacia los gentiles. Pedro se salvó, pero aún no se había salvado de su idea de superioridad cultural o étnica. Es por eso que los cristianos todavía pueden experimentar su propia lucha de caer en el racismo. Seguir a Cristo es un proceso de purificación. El prejuicio de Pedro presentó un problema al mandato de Jesús de hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19) lo cual significaba salir de la comunidad judía. Significaba romper estos prejuicios.
Un día, Dios le habló a Pedro a través de una visión diciéndole que está bien comer alimentos no kosher. Como un judío devoto, Pedro protestó, ya que las estrictas reglas dietéticas venían directamente de las Escrituras (Lev. 11 y Deut. 14). Sin embargo, Dios fue claro: «No digas que lo que he limpiado es inmundo» (Mi paráfrasis). De hecho, Dios realmente estaba diciendo que, si Él puede limpiar a los animales inmundos, entonces Él puede limpiar a las personas inmundas también, sin importar su pasado sucio y pecaminoso.
En el momento preciso, llegaron tres hombres en busca de Pedro. Habían sido enviados por Cornelio, un gentil, curioso de saber más acerca de Dios. La visión ayudó a Pedro a ver que él, un judío, podía ir a la casa de un gentil, aunque culturalmente era tabú hacerlo. Así que Pedro fue con fe.
La fe real no es sólo entender las enseñanzas de Dios a partir de la Palabra de Dios, sino que es la voluntad de obedecer la Palabra de Dios. Mucha gente dice que cree, pero hasta que haya un cambio de vida a través de la obediencia; hasta que haya una voluntad de poner esas enseñanzas en práctica, no es fe real. ¿Necesitas experimentar la fe real? ¿Estás dispuesto a dejar que Dios te ayude a superar los prejuicios en tu vida, o algo contrario a la voluntad de Dios?