«Hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas te sustentare tu. Yo que hice, te tomare, y yo llevare a mantener.» – Isaias 46:4
Seguro de edad avanzada no es para cobardes. En Eclesiastes, Salomon estaria de acuerdo con esto. El escribe de como las cosas juventud no nos hacen decepcion cuando pensamos que vamos a ser viejo.
Nuestra vision es oscurecida: comenzar con gafas de lectura y terminar con lentes bifocales. Nuestra audiencia se ve afectada. Estamos constantemente decimos «Eh?» a nuestro conyuge. Tenemos tiempo para dormir hasta tarde, pero despertamos temprano. Nuestras manos comienzan a temblar. Nuestro deseo de sexo disminuye.
La edad avanzada no es para cobardes, y sin Dios puede ser insignificante. Sin embargo, con la sabiduria de Dios, la fuerza, la alegria y la esperanza en que el cuerpo se desgasta, no es la vida, la vida real en el cielo con Dios. Es algo que hay que recordar cuando se es joven o viejo.