«El Señor es mi pastor; nada me faltará». Salmo 23:1
Una imagen bien captada puede comunicar algo sumamente poderoso e importante. Ya sea una foto, una pintura, una pieza de diseño gráfico, una buena metáfora… incluso las imágenes conjuradas pueden a menudo evocar emociones que las simples descripciones con palabras no pueden hacer. A veces, estas imágenes son tan conmovedoras que se graban en nuestros corazones y mentes.
El Salmo 23 es el salmo de las imágenes.
En seis versos, David, el autor del Salmo 23, utiliza diez imágenes diferentes para comunicar verdades eternas y atemporales sobre la naturaleza y el carácter de Dios. Charles Spurgeon, uno de los predicadores más influyentes y extraordinarios de su época, llamó al Salmo 23 «La perla de los salmos». Este salmo se ha leído en el nacimiento de los bebés y en los funerales de los santos. Se ha recordado en tiempos de abundancia; y se ha rezado en tiempos de oscuridad.
La primera imagen que encontramos en el Salmo 23 es la de un pastor. Y entendiendo que un pastor cuida de sus ovejas como si fueran suyas, esta imagen comunica a sus lectores que nuestro Dios es un Dios de provisión e intimidad. «El Señor es mi pastor». ¡Qué afirmación tan sorprendente!
Ser pastor en el antiguo Israel era la más baja de las ocupaciones. Por eso David, el hijo más joven y aparentemente más insignificante, se encontró pastoreando las ovejas de su padre. La gente importante no pastoreaba. Era una vida dura. El pastor estaba con las ovejas las 24 horas del día. Lloviera o hiciera sol, hiciera frío o calor, fuera verano o invierno, durante todo el año este pastor estaba con las ovejas a su cargo.
Sin un pastor, las ovejas morirían.
En lo más profundo del versículo 1, encontramos la exquisita intimidad que posee un pastor para saber exactamente lo que necesitan sus ovejas. En Juan 10, Jesús habla de esta intimidad. Dice: «Yo soy el buen pastor. Conozco a las mías y las mías me conocen a mí. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen».
Jesús es el pastor hecho carne, y las ovejas de su rebaño conocen su voz.
¿Conoces a este Pastor? ¿Has escuchado su voz en lo más profundo de tu alma? ¿Confías en él para que te guíe y te provea? El Señor es el Buen Pastor, y siempre proveerá a su pueblo.
Confía en Él para que te guíe hoy.
Escrito por Pastor Austin Baker