“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”. 1 Timoteo 1:15-17
Por lo regular, cuando hablamos de la Navidad en términos bíblicos, tomamos nuestra información de los libros del Nuevo Testamento—de Mateo, Lucas y Juan, principalmente. Hoy, vamos a comenzar mirando la Navidad desde la perspectiva de Pablo. Él no estaba cerca cuando Jesús nació ni estaba involucrado en el ministerio terrenal de Jesús y, muy cierto, él no vio a Jesús en la cruz o en la tumba vacía. Así que su perspectiva es un poco diferente a la de los evangelios.
Piensa sobre la persona que consideras ser la peor pecadora de la cual tú hayas pensado. Pudiera ser un miembro de familia, un vecino, talvez un compañero de trabajo, un compañero de estudio, o talvez esa persona sea alguien famosa—que tú no conoces personalmente. Simplemente sabe acerca de ella.
Ahora bien, mientras piensas, si esa persona es alguien diferente a ti, entonces es muy posible que tu corazón no esté bien entonado con Dios. Pues, sabes, mientras más lejos de Dios está una persona, más bien esa persona tiende a sentirse acerca de su situación, entonces más santurrón tiende a sentirse al comparar su vida con las vidas de los demás. Sin embargo, mientras más cerca de Cristo está una persona, más está conciente de su pecaminosidad, ya que cuando compara su vida con la de Cristo, él sabe que siempre se quedará corto. Así que, otra vez, si pensaste de cualquier otra persona diferente a ti, entonces quizás necesitas un tiempo para examinar tu corazón.
¿Por qué es eso importante de saber? Cuando Pablo dijo: “palabra fiel y digna”, necesitamos tomar apuntes. Él está a punto de decirnos una declaración doctrinal muy importante. Él después escribió la siguiente frase: “de ser recibida por todos”. Eso significa que es doblemente importante de que nosotros prestemos atención. Pablo quiere que nosotros entendamos que la razón por la cual Jesús nació en Belén fue para salvarnos de nuestros pecados. Ahora bien, podemos pensar de muchas cosas que la venida de Jesús nos revela a nosotros. El que Jesús haya venido nos reveló el carácter y la personalidad de Dios. Su venida reveló como Dios quiere que nosotros vivamos una vida piadosa; Él nos mostró la compasión y la misericordia de Dios por los pobres. Él nos demostró el amor de Dios por los enfermos, por los que sufren, por los que están en necesidad de que se les ministre. Aún así, la razón que Él nació fue para salvarte a ti y a mí de nuestros pecados. Él nació para morir—para morir por nuestros pecados.
Por eso, al comenzar a estudiar el nacimiento de Jesús desde el punto de vista de Pablo, ¿cuál es la primera cosa que debemos recordar? Debemos recordar que Jesús nació en Belén para salvarnos. Si piensas que los pecados de otra persona son peores que los tuyos, piénsalo otra vez. Cada uno de nosotros es el peor pecador que hemos conocido. A pesar de todo eso, Dios nos ama tanto que nos envió a Su hijo a salvarnos de nosotros mismos. ¡Eso […] es Buena Noticia!