«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3:16
Juan 3:16 es probablemente el versículo más famoso de la Biblia. Jesús está resumiendo básicamente su propósito en la tierra lo cual se centró en el amor: Dios tanto amo al mundo. Ahora, quiero que reemplaces la palabra mundo con tu nombre, porque lo que Jesús está diciendo es para cada una de las personas. Dios tanto te amo a ti, que envió a su Hijo: Jesús. Y si confiamos en El y creemos que Él es verdadero y el Hijo de Dios, entonces tendremos vida eterna (mi paráfrasis). Aunque cada uno de nosotros tendrá una muerte física, Jesús promete a sus seguidores una vida espiritual con Dios por toda la eternidad. Mientras que nuestros cuerpos se desvanecerán, nuestra alma vivirá para siempre en el cielo o en el infierno. Todo depende de lo que creemos acerca de Jesús.
De acuerdo, pero, ¿Podemos perder la vida eternal una vez que la hemos recibido? Si pudieras perderla, seria vida temporal. Jesús promete vida eterna, que significa una relación eterna con Dios. Esto no es solo una promesa para la eternidad sino una promesa para vida abundante hoy. En Juan 10:10 Jesús dijo: “El ladrón no viene sino para matar, hurtar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
La vida abundante de la que Jesús estaba hablando no se refiere a las cosas materiales; no significa que vas a conseguir el sueño americano. Quizás lo harás o quizás no. Este no es el punto. Cuando Jesús prometió una vida abundante en la tierra para sus seguidores, Jesús estaba hablando sobre vivir la vida llena de significado y propósito en El.
En otras palabras, nuestras vidas no van a ser perfectas, libre de problemas e incertidumbres, pero podemos estar seguros de que Jesús caminara con nosotros a través de todos los altos y bajos, desde ahora y para siempre. Nada nos alejara de esta relación con Jesus. ¿Por qué? Porque Dios tanto te amo a ti.