«Y mando el rey que trajesen piedras grandes, piedras costosas, para los cimientos de la casa, y piedras labradas. Y los albañiles de Salomón, y los de Hiram, y los hombres de Gebal, cortaron y prepararon la madera y la cantería para labrar la casa.» – 1 Reyes 5:17-18
«Yo conozco una manera infalible para matar a un proyecto que no quiero hacer», el hombre de negocios se jactó. «Todo lo que tengo que hacer es pedir financiamiento». Muchos de ustedes pueden identificarse con esto. ¿No es agravante que ha de darse una cesión, pero no se proporcionaron las herramientas, mano de obra, o dinero para hacerlo?
Salomón entendía claramente que su papel era de ver que el proyecto (la edificación del templo) tuviera el financiamiento y los suministros necesarios para que tuviera éxito. Salomón era un genio de la organización en este tiempo de paz en el antiguo Israel. Pero, él también sabía exactamente lo que quería construir y lo que se tomaría para lograr el objetivo. Si eres un líder, siempre recuerda que cuando le das a alguien la responsabilidad de hacer algo, también darle los recursos necesarios para conseguir que se haga. Hay una vieja fórmula de gestión de negocios que dice, responsabilidad = autoridad. La autoridad se puede interpretar como tener los recursos y la influencia para realizar la asignación. Y cuando, hemos recibido una misión de Dios, por medio de Él (la máxima autoridad) también recibimos todo lo que necesitamos para cumplirla.