«Ahora, pues, ¿Por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.» – Hechos 22:16
Cada individuo tiene que tomar una decisión importante en su vida personal. Esa decisión se produce cuando Cristo llega a ustedes. Y, a continuación, lo invocan, y reciben su gracia, su perdón, su promesa de una nueva vida, su promesa de vida eterna. Y entonces él te manda a identificarse públicamente con Cristo, para que el mundo sepa que usted es un seguidor. Y la forma en que públicamente se identifican con Cristo ha de ser bautizado.
Me doy cuenta de que muchos de ustedes fueron bautizados en la infancia, pero no hay nada en la Biblia acerca de ser bautizado como un infante. Se trata de una importante tradición en muchas iglesias, pero Jesús no enseña nada al respecto. Jesús nos enseña que si vamos a empezar a ser sus seguidores, debemos proclamar nuestra identidad a través del bautismo. El bautismo es una especie de ceremonia de la iniciación cristiana. Así como un par públicamente declaran su amor en una ceremonia de la boda, un cristiano proclamar su afiliación con Cristo a través de la ceremonia bautismal. Si quieren identificarse con Jesús, el camino de Cristo nos manda a hacer bautizado como un testimonio de nuestra fe.
Si usted es un creyente y no han sido bautizados, os animo a dar ese paso de fe pronto. Usted se sorprenderá de la bendición que se siente al compartir su fe delante de los demás. Si usted no le ha pedido a Jesús que entre en su corazón, y no hay mejor momento que ahora para hacerse cargo de eso, y el primer paso de la fe es seguir el mandato de Jesús a profesar públicamente su fe en él.