«Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.» Proverbios 3:9-10
En el día de hoy está de moda que los ricos den a las ONGs y las buenas causas. La fundación de Gates (fundada por Bill Gates) en coordinación con el multimillonario Warren Buffet han donado más de 33 mil millones de dólares desde que se fundó en el año 2000. Incluso el creador de Facebook, Mark Zuckerberg y su esposa planean donar el 99% de sus acciones de Facebook; valorada en 45 mil millones de dólares, a lo largo de sus vidas. Quizás estás pensado, “¡Si yo tuviera esa riqueza también sería muy generoso!” En realidad, la mayoría de nosotros no lo haríamos.
En 2013, Atlantic Monthly Magazine (La Revista Atlántica Mensual) publicó un artículo describiendo las tendencias americanas de ofrendar. Los resultados de este estudio demostraron que los 20% más ricos de la sociedad contribuyen 1,3% en 2011. Y los pobres componiendo el 20% más pobres ofrendaron solo 3,2% de lo que tenían. Pero notad que los que eran más pobres dieron 2,5 más allá que los ricos. ¿Ves? La naturaleza humana se ve aquí. Cuanto más tenemos, más fuerte lo agarramos. Una vez más vemos que tenemos una mentalidad de priorizar nuestras necesidades.
Así que cuando vemos en Proverbios que Dios nos manda a honrarle con nuestros bienes ¿a qué se refiere? Bueno, comienza con un cambio en nuestra perspectiva. ¿De donde ha venido todo lo que tenemos? Detrás de todos nuestros carros, casas, juguetes electrónicos encontramos a Dios. Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones. Todo lo que tenemos viene de Él y le pertenece a Él. Esto incluye nuestras familias, nuestros hijos, nuestras carreras—todo lo que tenemos.
Así que “honrar a Dios con tus bienes” quiere decir devolverle a Él lo que le pertenece. En la Biblia, esto se llama diezmar—dando el primer 10% de lo que ganas de vuelta a Dios. Esto quiere decir que antes de que pagues tus facturas, tu hipoteca, y tus préstamos, le das a Dios tu primer 10%. Es como el gasto del dueño. Y fíjate en esto…¡Dios nos da el honor y el privilegio de dirigir el 90%, de lo que le pertenece a Él, de la mejor manera que podamos!
Pero ¿de verdad importa tanto cuando ofrendamos mientras que aseguramos ofrendar? Sí. Piénsalo de esta manera: Diezmar al principio implica poniéndole a Dios primero. Quiere decir que confiamos en Dios más que en nosotros. De esta manera cambiamos nuestra perspectiva.
Así que te planteo la pregunta: “¿Confiarás en Dios? ¿Ofrendarás lo primero que recibes y confiarás en Él para que proveas lo de más que necesitas? Confía en Dios hoy, ofrendando a su iglesia y a su ministerio.