“Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en Él.” – 1 Juan 2:3-5 (LBLA)
El primer milagro que Jesús hizo fue convertir agua en vino y ese es el milagro de Jesús que los abstemios tienden a ignorar. Un milagro es un acto o un acontecimiento que sólo puede explicarse por el poder de Dios. No hay explicación racional ni humana. Sin embargo, hay más acerca de este milagro. ¿Podría esto ser una prefiguración del Antiguo Pacto que se basaba en las acciones externas simbolizadas por la purificación del agua, para lo que el Nuevo Pacto introduciría con el vino?
Cuando Jesús descendió a iniciar Su reino, también llegó con Él el inicio de un Nuevo Pacto. En el Nuevo Pacto, Dios transforma el corazón de una persona, o limpia nuestros corazones desde nuestro interior. No se trata sólo de las acciones externas. Se trata del corazón. El Nuevo Pacto revela que Cristo derramó Su sangre en la cruz para limpiarnos de todo pecado desde adentro hacia afuera. Cuando Jesús dio el vino a los discípulos en la Cena del Señor, el vino (¡sí, era fermentado!) era un símbolo de Su sangre que fue derramada para que podamos ser limpiados del pecado. Así que, como ves, el primer milagro de convertir el agua en vino no fue un accidente. Éste trajo todo de regreso al punto de partida, ya que Jesús los llevó a beber el vino y utilizó esto para simbolizar el derramamiento de su Sangre, por medio de la cual Él transformaría sus corazones.
Cuando piensas del precioso simbolismo y de lo que significa el vino, ¿es esto un símbolo de la sangre de Cristo, un símbolo del Nuevo Pacto, o tal vez fue por eso que Dios escogió éste como el primer milagro para iniciar el ministerio de Jesús? ¿Qué opinas?