¡Cambia tu Vida!

6 de agosto de 2014

 “Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? El enfermo le respondió: Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda. Al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su camilla y anduvo. Era sábado aquel día.”  – Juan 5:5-9

Imagínate esta escena: Un hombre anciano tendido al lado de las piscinas (estanque) sanadoras de Betesda. Él había estado enfermo y paralizado por 38 años. Jesús estaba pasando por allí y le dijo: «¿Quieres ser sano?» ¡Oye! ¿Podría existir una pregunta más tonta que esa? Es decir que por 38  años había personas que le habían estado llevando en su camilla y le dejaban allí al lado del estanque, con la esperanza de que él pudiera ser sanado. Entonces Jesús se acerca y le pregunta: «¿Quieres ser sano?» ¿Por qué Él le iba a hacer una pregunta como esa?

Bueno, es una brillante percepción acerca de la naturaleza humana. Jesús hace esta pregunta porque Él sabía que por 38 años este hombre había estado totalmente dependiente de los demás. Él vivió una vida de dependencia. Y si él iba a ser sanado, él iba a tener que comenzar a mostrar iniciativa y asumir responsabilidad personal por sí mismo. Y es por eso que Él le preguntó a este hombre: «¿Quieres ser sano?» Jesús podía cambiar por completo la vida de este hombre.

Puedes ver que tener dependencia de cualquier cosa es algo increíblemente adictivo. Entonces, ¿cómo este hombre respondió a la pregunta de Jesús? Con la mentalidad de victimización clásica, ¡él culpó a otra persona! Él dijo que no podía llegar hasta  allá porque nadie le ayudaba a entrar al estanque. Debido a su discapacidad, él culpaba a las otras personas y se consideraba a sí mismo como una víctima. Jesús dijo: “¡Levántate, toma tu camilla y anda!»

¿Ves lo que está sucediendo aquí? En primer lugar, Jesús dice: «Levántate». Levantarse tomó mucha fe, cuando él había estado atrapado en ese cuerpo paralizado. Pero el hombre se levantó. Entonces Jesús dijo: «toma tu camilla». Él tuvo que asumir la responsabilidad personal. Él ya no podía depender de que otros lo llevaran. Y el hombre levantó su camilla. Y luego Jesús dijo: «Camina». En otras palabras, se trataba de un comando para que dejara esa vida donde había sido totalmente dependiente de otros. ¡Así que comenzó a caminar! Él abandonó esa antigua vida en la que había estado tan incapacitado por todos esos años para vivir una nueva vida debido al poder sobrenatural de sanidad de Jesús.

¿Estás atrapado en la trampa de la dependencia? Mira a Jesús. ¡Por medio de la fe, Él te dará el poder que puede cambiar tu vida, ya sea que seas sanado sobrenaturalmente o no!