“La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular”. – Salmos 118:22
El enemigo número uno del cristianismo hoy en día es la religión, no los pecadores no arrepentidos. Fue así desde el principio. Jesús no ofendió a los pecadores […] él ofendió a los hombres religiosos de Su época. Él era la piedra angular que no sólo fue rechazada por los transeúntes, sino también por los propios constructores.
En la persona de Jesús, la religión y el cristianismo combatían fuertemente. ¿Cómo podemos distinguir la religión del cristianismo autentico? Aquí les presento algunas claves:
- En primer lugar, a la religión le encanta lo ritual. La religión se deleita en el status quo o sea en que las cosas sigan igual. A la religión le incomodan los cambios. Ella está comprometida con un sistema de creencias, actitudes y prácticas. En segundo lugar, la religión responde a los desafíos con intimidación. Desafíe la religión y ella intentará de intimidarlo con la sumisión. ¿Qué hacen los abogados cuando sospechan que la verdad puede que no esté de su lado? Ellos ganan tiempo, atacan el procedimiento y asesinan el carácter de la persona. La religión es defendida de la misma forma.
- ¿Qué podemos decir del cristianismo? Pues bien, el cristianismo ama la verdad. Aristóteles definió la verdad como “Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es”. En otras palabras, la verdad tiene un patrón y no es relativa. También, el cristianismo responde al desafío con denuedo. ¿Por qué? Porque cuando conocemos la verdad y la adoptamos, eso nos da valentía.
- ¿Qué sucede cuando la religión y el cristianismo chocan? Muchas veces, las personas vienen a conocer a Cristo. Cuando Pedro y Juan fuero encarcelados por primera vez (Hechos 3-4), cinco mil personas fueron salvas.
No tenga miedo cuando su fe está siendo desafiada por la religión. Cuando eso acontezca, el escenario está listo para la bendición y no para la derrota.