CADA NIÑO ES DIFERENTE

10 de abril de 2018

«no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.  Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.» – Hebreos 12:16-17

Esaú y Jacob. Eran hijo de la misma madre, y del mismo padre, eran gemelos.  Creados  con el mismo sistema de creencias. Pero nunca se conocerían  dos  personas  más diferentes sobre la faz de la tierra.

Cuando tienes hijos del mismo sexo que están cercanos en edad, no será algo tan diferente.  Ellos han venido de los mismos padres. Han vivido en el mismo hogar. ¿Cómo puede ser tan increíblemente diferente? Pero cada niño es único y tiene que ser vistos de manera diferente. Uno de los padres se queja a menudo acerca de los problemas que tiene con uno de sus niños, mientras que otro niño está portándose maravillosamente. El padre dirá: «sabes, pastor, los he educado igual”. Y yo pienso “ese es el problema». No se puede planear a un niño del mismo modo y esperan que sea una empresa fructífera. Los niños no son robots. Cada uno tiene sus propios talentos ,  intereses individuales y temperamentos diferentes.

Recuerde, los padres, sólo Dios sabe el último plan que tiene para nuestros hijos. Sólo él sabe cómo será finalmente jugar. El papel del padre es tratar de dar forma a nuestros niños y entenderlos como sólo los padres pueden hacer. Criarlos con amor, la justicia, la disciplina y la enseñanza, con la esperanza de que un día nuestros hijos son capaces de captar la gracia de Dios. Oramos para que un día llega a la conclusión de que son pecadores y merecen el favor o la bendición de Dios. Oramos para que afirmamos la gracia de Dios y les permiten transformar sus vidas a través de Jesucristo. Y en el proceso, algunos de nuestros niños elegirán a afirmar que la gracia y arrepiéntete, y no en otros. Lo mejor para ti es para orar por la guía de Dios y dejar los resultados en manos de Dios.