«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.»
2 Timoteo 3:16-17
Creciendo en un hogar cristiano, estaba familiarizado con la Biblia. Pero no fue hasta que confíe en Cristo personalmente, que empecé a tener hambre de estudiar la Palabra de Dios. Ahora, 49 años después, todavía estoy asombrado de cómo un pasaje que he leído cientos de veces puede ofrecer una visión fresca. Para aquellos que buscan comenzar a estudiar la Biblia, puede ser difícil saber por dónde empezar. Tal vez esto ayude:
- Pídele al Espíritu Santo que tienes el deseo de conocer a Dios.
Somos muy ácilmente distraídos, perezosos, o simplemente egoístas que pasar tiempo leyendo la Biblia, dejar de leer la biblia es lo primero que dejamos a un lado cuando estamos en medio de la velocidad de la vida. Sin embargo, es a través de la Palabra de Dios que realmente llegamos a conocer a Dios. Afortunadamente, el don del Espíritu Santo nos da un «deseo» interior de estudiar la Palabra y nos enseña cómo entender y aplicar las Escrituras en nuestra vida diaria.
- Elige un HORA, LUGAR y haz un PLAN.
La consistencia es clave para crear un hábito y los planes de estudio bíblico en línea están en todas partes. Escoja uno basado en un libro de la Biblia o tema que sea relevante para su etapa en la vida.
- Mira la Escritura a la luz de la Escritura.
Estudia los versículos dentro de su contexto. Esto significa estudiar el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento, un capítulo a la luz del libro en el que está escrito, y un versículo dentro de un párrafo. Incluso los antecedentes culturales e históricos ayudarán a arrojar luz sobre pasajes difíciles y revelarán cómo un texto de hace 1600 años todavía puede aplicarse hoy en día. Ahí es donde los maestros y los comentarios bíblicos son útiles.
- Estudia con otros.
En pequeños grupos con otros creyentes es donde realmente podemos luchar con nuestras preguntas, temores e incluso dudas. En estos entornos íntimos a menudo nos damos cuenta de que no estamos solos.
Si quieres crecer en tu fe, profundiza en la Palabra de Dios. El arma más grande que el enemigo usa para hacer que caigamos en pecado, es hacer que la gente cuestione la confiabilidad de la Palabra de Dios. Entonces, ¿Cómo se empieza a confiar en Dios? Comienza estudiando Su Palabra y permitiendo que el Espíritu Santo nos enseñe cómo aplicarla a nuestras vidas.