EL RESTO DE LA HISTORIA

20 de mayo de 2012

Mi parábola favorita es la historia del hijo pródigo. Esta es la escena maravillosa cuando el hijo rebelde que finalmente llega arrepentido y comienza a caminar hasta su casa. Y ¿qué hace ese padre? Corre y lo abraza. Con alegría y celebración.

Sé que es una imagen de redención. Sé que Jesús está hablando acerca de lo que es para nosotros, el venir y confesar nuestros pecados y finalmente volver al Señor. Sé que es el punto. Pero, también creo que es una bella imagen de cómo llegar finalmente a cielo, después de lo cansado y exigente que es este mundo y la vida tan difícil. Entonces cuando finalmente lleguemos a la casa en el cielo, nuestro padre celestial estará allí. Y correrá a abrazarnos a nosotros! Y estará lleno de alegría! Tendrá esas lágrimas en sus ojos, las que sólo un padre puede tener cuando su hijo vuelve a casa! La fiesta comienza y nunca, nunca termina! Porque el cielo será como la entrada principal. Es como la casa que se supone será nuestra morada. Así que les pido mis amigos, cuando haya terminados sus días en esta vida, ¿serás capaz de volver a casa?

«Ven a casa, vuelve a casa. Vosotros que estéis cansados, ven a casa.
Sinceramente, con ternura, Jesús te llama a volver, ¡ oh, pecador –vuelve a casa.»