Era un frío domingo de finales de noviembre …

.. y yo llevaba a mis hijas de 3 años y 19 meses a la iglesia. Estaban sentadas en el asiento trasero mientras escuchábamos uno de nuestros álbumes navideños favoritos, Christmas: Acoustic Sessions, de Phil Wickham. La canción clásica, «Angels We Have Heard on High», adornaba las ondas de audio con el estribillo en latín, «Gloria, in excelsis Deo», que se traduce como «Gloria a Dios en las alturas».  Entonces, como suele ocurrir, mi hija de 3 años (con su cerebro y su boca de 3 años) me hizo una pregunta:

¿Qué significa eso [Gloria a Dios]?

Mientras intentaba encontrar rápidamente una respuesta a su pregunta, mi mente se vio inmediatamente atraída por aquella noche en Belén, en la que un grupo de sucios pastores don nadie contempló un coro de ángeles que proclamaba esas mismas palabras:

«Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra, paz entre los pueblos con los que se complace». (Lucas 2:14)

Y eso me llevó a las dos principales razones por las que Cristo vino a la tierra como un bebé:

• Primero, me recordó que el único objetivo que tuvo Jesús mientras estuvo en la tierra fue glorificar a Dios. Cada acto que Jesús realizó; cada persona que sanó; cada palabra que salió de sus labios; cada acto de misericordia que demostró a los más pequeños, incluso hasta su propia muerte en la cruz, fue para la gloria de su Padre.

Desde un pequeño bebé en un pesebre hasta un Rey victorioso saliendo de una tumba, todo lo que hizo Jesús fue para mostrar al mundo la majestuosidad de Su Padre.

En segundo lugar, la pregunta de mi hijo pequeño me hizo recordar una de las mayores recompensas que Cristo da a su pueblo: LA PAZ. En un mundo marcado por la guerra, el caos y la lucha, en Jesús, podemos tener una paz que supera incluso los momentos más erráticos imaginables. Dios sabe que nuestra mayor necesidad ha sido y será siempre la paz que sólo se encuentra en Él.

Citando al Apóstol Pablo «Por lo tanto, habiendo sido justificados por la fe, ahora tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.»

¿Y cómo respondí exactamente a la pregunta de mi hija de 3 años? Para responder a una pregunta realmente compleja con una respuesta sencilla, contesté:

«¡Jesús nació para que Dios se viera hermoso!».

En resumen, no se me ocurren mejores palabras que las del músico Chris Rice:

Dedo frágil enviado a curarnos

Frente tierna preparada para la espina

Pequeño corazón cuya sangre nos salvará

A nosotros nos ha nacido

A nosotros nos ha nacido

GLORIA A DIOS EN LO ALTO, hermanos, porque Jesucristo ha comprado nuestra paz.

Escrito por Pastor Austin Baker