La Religión Pura y Sin Mancha

27 de agosto de 2014

“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo”.  – Santiago 1:27 (NVI)

Hay dos ingredientes para entender la religión pura y sin mancha. El primer ingrediente es el cuidado de los huérfanos y las viudas, y el segundo es mantenerse sin contaminarse en el mundo.  Ahora, escucha lo que la Palabra de Dios dice: «La religión pura y sin mancha», ¿Qué significa esto exactamente? Pura y sin mancha quiere decir que no está contaminada. El oro, cuando se descubre, debe ser quemado para obtener oro puro. Si pudieras encontrar el agua que sea absolutamente pura, de un manantial o de un arroyo de montaña, sabes que no está contaminada con enfermedades. Es pura y cristalina.

La Palabra de Dios nos dice que la religión pura y sin mancha es una religión devota puramente al Señor Jesucristo. La Palabra de Dios dice: «Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» Así que, no nos ganamos el favor de Dios, sino que viene del amor y la gracia de Dios mediante la fe. Y eso es lo que hace el cristianismo distinto de todas las demás religiones del mundo.

No nos vayamos a confundir aquí. Santiago NO nos está diciendo que seremos salvos por hacer cosas buenas. Él está diciendo que si nosotros hacemos estas cosas, mostraremos que somos genuinos seguidores de Cristo. Él dice: «La religión pura y sin mancha delante de nuestro Dios y Padre es ésta: ‘Atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones’». A través de toda la Biblia, vemos que el corazón de Dios está preocupado por los huérfanos y las viudas. De hecho, 44 versículos en la Biblia hablan del cuidado de los huérfanos y 92 versículos hablan acerca del cuidado de las viudas.

Cuando visites a las viudas en sus aflicciones,  no sólo vayas a verlas y a decirles, «caramba, espero que estén bien.» Se trata de preocuparte por sus necesidades, de ver que están siendo ministradas de una manera apropiada, en especial si están en aflicción. Y uno de los mayores campos de misión en el mundo de hoy es el ministerio dedicado a los huérfanos, muchos de los que sobreviven en las calle necesitan conocer el amor de Dios a través de la persona de Jesucristo. Y para ustedes, los huérfanos espirituales, que claman hoy a nuestro Padre celestial,  Él extenderá sus manos (desde arriba) y te adoptará en la familia de la fe.

Nuestra misión es clara y requiere perseverancia, sacrificio y, sobre todo, amor. ¿Amarás lo suficiente como para alcanzar a los  huérfanos y a las viudas? Mi oración es que todos lo hagamos.