«David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba». 1 Samuel 17: 34-35
David era un pastor adolescente cuando Dios lo nombró el nuevo rey de Israel.
Comparado con sus hermanos mayores, David ciertamente no tenía el típico «aspecto» de rey, pero Dios vio la integridad y el carácter de David cuando nadie más estaba mirando. Dios vio el corazón de David:
- Coraje: David fue increíblemente valiente cuando era un joven pastor que defendía a sus ovejas tanto del león como del oso. Dios sabía que necesitaría esta cualidad para ser rey.
- Responsable: David estaba dispuesto a sacrificar su vida por las ovejas que se le habían confiado. Esta lealtad y responsabilidad también harían de David un gran rey.
Dios vio el potencial de David en cómo vivía su vida cuando nadie lo veía. Era su carácter interior y su corazón lo que Dios más valoraba. ¿Qué hay de ti? ¿Qué ve Dios cuando mira tu corazón? ¿Cómo vives cuando nadie te mira? La verdad es que, no importa cuánto lo intentemos, el corazón y la vida de nadie son perfectos.
Todos pecamos y nos equivocamos, pero la buena noticia es que Dios promete un corazón nuevo a aquellos que ponen su confianza en Él. Dale tu corazón a Dios y Él transformará tu corazón y tu vida para convertirte en la persona que Él te llama a ser.