» Según el destino que a todos nos espera, pronto partiré de este mundo. ¡Cobra ánimo y pórtate como hombre!». – 1 Reyes 2:2
El rey David era una leyenda incluso antes de convertirse en el rey de Israel – derrotando a Goliat y llevando a los israelitas a una gran victoria sobre los filisteos, incluso siendo un joven. Salomón conocía desde pequeño las historias de cómo su padre soportó valientemente el sufrimiento bajo el rey Saúl y sobrevivió a continuas amenazas contra su vida. También conocía los triunfos militares de su padre y la toma de Jerusalén. Salomón sabía que su padre tenía una personalidad muy fuerte y de mucho impacto, y de alguna manera podía verse insignificante a su lado.
Cuando el rey David se acercaba al final de su vida, llamó a su hijo, Salomón, y él vino al lado de su cabecera. Era el momento de impartir sus últimas palabras de sabiduría. Imagina todo lo que Salomón estaba sintiendo en ese momento. Sabía que su padre estaba a punto de morir. Puedes imaginar los sentimientos de dolor mezclados con un sentimiento de ansiedad, tal vez miedo, e incertidumbre ante la responsabilidad que el joven Salomón sabía que pronto tendría que cargar. ¿Cómo podría seguir ese acto? ¿Cómo podría estar a la altura de las expectativas de su padre?
Pero el rey David comprendía esta presión. Sabía de primera mano que:
El valor no es la ausencia de la presencia del miedo, sino la voluntad de hacer lo correcto frente al miedo.
Entonces, ¿qué palabras finales de aliento e instrucción ofreció el rey David a su hijo? «Sé fuerte, y cuando lo seas, demuestra que eres un hombre». Qué maravillosas palabras para compartir en esta ocasión; qué palabras perfectas que cualquier padre puede compartir con su hijo cuando está comenzando el camino de su vida.
Afortunadamente, no se nos da esta instrucción para que la vivamos con nuestras propias fuerzas. Una y otra vez en las Escrituras, vemos que Dios promete fortalecernos a través de SU poder. Si a usted le falta valor para afrontar las circunstancias que tienes actualmente, si las presiones o las responsabilidades de la vida te quitan la respiración, entonces usa estos versículos para renovar tu esperanza:
– Isaías 12:2: «¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!».
– Salmos 145:18-19: » El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.»
– Salmos 138:3: » Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.»
– Salmos 62:1-2 » Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.
2 Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!».
– Isaías 43:1-3 » Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel:
«No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
2 Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
3 Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador”
Escrito por Bryant Wright, fundador de RFTH